La región de Kastela con sus encantos mediterráneos, pintorescos paisajes y su composición de belleza natural única que ha atraído personas desde los tiempos prehistóricos a sus costas. Desde marineros de la antigua grecia, roma, legendarios reyes croatas, gobernantes, la realeza veneciana hasta los presentes amantes del sol, mar y los legados misteriosos del pasado. En épocas remotas un antiguo puerto griego, también puerto escala de los romanos, lugar de veraneo para la realeza croata, llega a inicios del siglo XXI como renombrado centro turístico manteniendo su nombre de antaño.
A lo largo de sus preciosas playas, esplanadas, miradores y campos deportivos rodeados de pinos y tamarindos. La población local vive de huertos, viñedos y plantaciones de verdura. Actualmente, Kastela y su antiguo vecindario de Salona habitada desde mucho tiempo atrás (hallazgos del período romano y croata antiguo). Siete antiguos asentamientos fueron desarrollados cerca de la costa, alrededor de los castillos construidos en el siglo XV y XVI por la nobleza y el clero: Kastel Stafilic, Kastel Novi, Kastel Stari, Kastel Luksic, Kastel Kambelovac, Kastel Gomilica y Kastel Sucurac.
La fortaleza más antigua en Kastela se encuentra rodeada por un centro arquitectónico que fue evolucionando con el paso de los años. Es un ejemplo clásico de construcción tradicional de la costa que comprende una plaza central dónde se llevaban a cabo reuniones públicas y transacciones, había un extenso mercado ofreciendo una gran variedad de pescados y otras mercancías. Observando la riqueza de los frutos de la tierra no seria sorpresa encontrarla reflejada en sus preciosas joyas y artesanías nacidas de sus ricas tradiciones y costumbres.
Kastela se localiza a mitad de camino entre la localidad de Raja y Trogir, es una ubicación excelente para organizar una semana de excursiones, tales como a las Islas Kornati o Dubrovnik en el Sur. Está ubicada a 7km del Aeropuerto. Las aguas en las Bahías del adriático son excelentes para familias que desean navegar a vela. Los vientos son constantes y no tan imprevisibles como el Mediterráneo Occidental.