La agresiva y espectacular costa de Kimberley al noroeste de Australia es de las pocas restantes en el mundo por sus vastas áreas salvajes. Remota y desafiante, sus muchos secretos han sido solo conocidos por unos pocos. Insólitos acantilados ferrosos formateados por cascadas de agua, playas blancas y finas como la harina al pie de selváticos paisajes. Incontables arroyos nutriendo suelos quebradizos, donde refrescarse y bañarse como si fuera un oasis recién descubierto en la inmensidad.
Cocodrilos camuflados inmutables observan entre los manglares al paso de águilas y jabalíes. Colonias de aves pueblan estas costas entre miles de tortugas marinas alfombrando las playas de estas islas olvidadas. El páramo de Kimberley es la última fortaleza natural restante de mamíferos en Australia, donde los ualabíes, echidnas, quolls y las zarigüeyas decoran la arena del río con sus huellas y ballenas jorobadas se deleitan en su santuario tropical.
Sabios y reticentes árboles de Boabs montan guardia a lo largo de estas tierras. EL paisaje de Kimberley ha sido durante los 40.000 pasados años el perfecto tapiz de artistas aborígenes. Cubiertas de misterio se muestran las dinámicas figuras de Bradshaw o el estilo vibrante de Wandjina, en cientos de sitios de Arte Rock a lo largo de la costa. Casi cada Bahía e Isla cuentan historias irresistibles de la lucha de los tempranos exploradores, pioneros y buscadores de perlas.
El descomunal poder y ritmo de las mareas de 12 metros en Kimberley dan nacimiento a un espectáculo único. Cascadas horizontales vivas, respirando con cada pleamar para luego retirarse en carrera esculpiendo todo a su paso. El enigmático arrecife de Montgomery es dejado al descubierto 2 veces al día elevándose por sobre el océano 5 metros en bajamar creando paredes de cascadas naturales de agua salada en el medio del océano.
Para el aficionado por la pesca aquí el mar esta vivo de oportunidades. Desde la apreciada Barracuda, pez de manglar y la Caballa Española, proliferas en estas aguas, y nunca han sabido mejor que recién capturadas y acompañadas con cangrejos y jugosas ostras negras. Adéntrese en busca de cataratas, realice un vuelo en helicóptero a un oasis secreto, deslícese por los rápidos o relájese con un aperitivo en la proa y disfrute del glorioso escenario.